sábado, 27 de marzo de 2010

Lisbeth Salander y Pippi Calzaslargas



Algo leí sobre que el autor de "Los hombres que no amaban a las mujeres" y los otros 2 de la trilogía, había pensando en Pippi Calzaslargas a la hora de crear al querido personaje de Lisbeth Salander. Si fue así, ¡bien pensado!. Dos mujeres-chicas-niñas que siguen su propio camino. De Lisbeth sabemos su historia. De Pippi no me acuerdo mucho (creo recordar que contaba que su padre estaba en los mares del sur...). Bueno, al fin y al cabo, dos que saben ser libres, diga lo que diga la sociedad, al margen del poder y de la tontería reinante. Y que saben beberse la parte más maravillosa de la vida, a veces en soledad y aunque "todos les apunten con el dedo; quiero y no puedo". Dos Juanas Salvadoras Gaviotas al fin y al cabo. Como dice en la solapa del tercer libro de Millenium, cuando lo terminamos, nos quedamos con un gran vacio. Lisbeth cuanto nos gustaría que siguieras con los lobos esteparios.

Y desde aquí, la admiración al autor de Millenium, Stig Larsson. Muy poco sé de él. Dicen que era una activista comprometido contra la intolerancia. Y nos dejó esa trilogía que ya por si sóla da sentido a una vida. Brindamos a tu salud Stig. A la de Pippi Calzaslargas y a la de Lisbeth Salander.

domingo, 21 de marzo de 2010


Llamando a las Puertas del Cielo (y no me abren), aunque supongo que echándole paciencia acabarán abriendo, aunque sólo sea para preguntar que coño quiero. Bueno, nada, sólo un poco de calorcito...

Abro hoy este blog (quien me lo iba a decir a mi), hoy 21 de marzo del 2010. Ayer entró la primavera.Podía haber sido hoy (me gusta el 21). Y hace 5 días cumplí 51 (uff, cuantos!). A ver si llegamos más allá del otoño, llenándose poco a poco de esas cosas maravillosas que hacen la vida tan interesante. Sí, me refiero tanto al blog como a mi. "Incipitum vita nova". A ver si es verdad...

Y como es bueno empezar con un buen compañero de viaje. Empezaré con ese viejo amigo que tantas veces me acompaña (aunque él, ni lo sabe ni le importa; ¡es así!). El viejo gruñón Dylan. Otro que se pasa el día llamando...